
La vez pasada vimos las bases de las que debemos partir para una
reflexión como la que nos compete; bases que deben intentar dejar
presuposiciones a un lado y que apostaban más por la comprensión antes
que por la manipulación so peligro de, como señalaba Descartes, incurrir
en el error. También tocamos de pasada el carácter efectivo de la
clonación, y veíamos que ésta anda y continúa por el orden de la técnica
antes que por el de la ciencia propiamente dicha. Como he dicho
entonces, revísese todo cuánto digo; dado el carácter de presentación de
estas lecciones debo asumir que el lector tiene ciertas nociones
generales del tema; como filósofo no puedo ni dedo entrar en discusiones
especiales propias de los científicos, pero aunque no me corresponde
abordar todos los detalles específicos para los fines de esta
disertación global, sí es preciso tenerlos en cuenta y sólo así
filosofar. Reservamos para esta ocasión el análisis de la pregunta por
la personalidad de un clon humano.
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Revista RYPC
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Persona y clonación humana, Parte I, click aquí.
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