viernes, 27 de diciembre de 2019

Doctor cum Laude Philosophiæ

Estimados amigos:

          Es un gusto poder compartir con todos la obtención de mi grado de Doctor en Filosofía, con distinción Cum Laude.
          El trabajo de cuatro años, con arduos traslados entre tres países y dos continentes, ha concluido de forma no sólo satisfactoria sino además "con elogios".
          Se me permitirán, junto con compartir mi disertación doctoral, unas breves palabras:

Primero que todo, comparto la tesis, para que quien la requiera pueda ir directamente a por ella sin necesidad de leer lo que viene. Lo que viene, sin embargo, es el recuento, más humano que cronológico, de mi camino doctoral.
          Mi disertación doctoral puede encontrarse en el repositorio de tesis doctorales de la Fundación Xavier Zubiri, donde soy ahora profesor e investigador, dando click en la siguiente liga: Tesis CarlosSierraLechuga - Fundación Xavier Zubiri. Al entrar en ella, tenéis que pinchar en "entrar como invitado" (no se requiere contraseña) y ya estaréis directo en mi trabajo.
          Pues bien, he aquí mi rudimento de descargo de conciencia:

Aunque bien es cierto que se pueden escribir toneladas de papeles sobre filosofía sin haber rozado siquiera el más leve vestigio de vida filosófica, estoy convencido de que el mío es el caso opuesto, pues si bien mis papeles, que están muy lejos de alcanzar la tonelada, pudieran no valer nada, en definitiva en mi persona entera la filosofía ha cobrado vida.
          Aquello de "tener una vida intelectual" se dice fácil, pero cuando es el intelecto mismo quien se hace vida en la carne propia, no resta más que ponerse a su disposición y padecer (del πάθος de que hablaban los griegos, pero también del que hablan los patólogos) las penosas fruiciones de convertirse en reo de su investigación. En una situación tal, no es que la vida quede sujeta a la filosofía, es más bien que la vida consiste ahora en ser solamente y no más que mera filosofía: la vida filosófica no es otra cosa que la filosofía viva en uno. Entonces, uno se entera de que es filósofo no porque tenga títulos ni porque vaya a alcanzarlos, sino por la más simple pero también más noble de las razones: no podía no haberlo sido. 
          ¡Cuántos los hay en la academia que de títulos y papers tapizarían su oficina! Si no lo han hecho no será por falta de ganas, sino por un retorcido vestigio de decoro. Ya san Agustín escribía contra academicos, por ser, más que filósofos, maestros de la duda vía el dominio de una palabra embelesante, versión antigua de la actual pose, la actual imagen ante la opinión pública, la actual  soberbia de decir lo políticamente incorrecto haciéndose pasar, con eso, por avispado, cuando lo cierto es que no por incorrecto deja de ser aceptado políticamente: la prueba está en los éxitos de ventas de los "social-mediáticos" showmen del mundo filosófico –de quienes prefiero obviar nombres por respeto al lector. 
          Con un experimento mental, que también crucis, podemos cribar al filo-sofista del filósofo: si elimináramos todos los papeles que constan de alguien ser filósofo, ¿se conservaría su carácter de tal a pesar de no quedar papel que lo sustente o apruebe? Es lo que con hermosa y picaresca sentencia se dice en Salamanca, académica palanca de mi visión de Castilla, así: Quod natura non dat, Salmantica non præstat. Refrán que se parafrasea (eso sí, sin saberlo) en mi país de origen, siempre más rústico y basto, cuando se dice que "el doctorado no quita lo tarado".  
          Pero si se pasa el examen del experimento propuesto, se entera –como digo– de que no fue uno quien buscó la filosofía sino que, habiendo nacido para esto (lo que, por otro lado, refleja una completa ineptitud para el resto de tareas), la filosofía le ha encontrado a uno. Así, reo de una penosa pero fruitiva vida intelectual, queda uno como inútil para el resto de las empresas, y entonces también se entera de que, aunque uno mismo no sirva para nada, todo le sirve a uno.
          Hace ya tiempo decía con metáfora arquitectónica que los tres grandes pilares intelectuales que me sostienen son Aristóteles, Hegel y Zubiri. Quienes me conocen no darán descrédito a esto. No es que yo sea un pilar a su altura, es que la altura que tengo, si la tengo, es por tenerlos por pilares. Con ellos tres, por la forma de enfrentar los problemas, no tanto en sus respuestas sino en el modo como quisieron responderlos, por su legado filosófico más que por sus doctrinas, estoy profundamente agradecido. Decía el primero que los humanos naturalmente apetecemos la metafísica, y que por ello ésta es la ciencia más libre: que dignifica por no servir para algo más que para sí misma; decía el segundo que así de ridículo como un pueblo perdiera su vida política y social, así o más ridículo el que perdiera su metafísica; y decía el tercero que no puede aprenderse filosofía sino poniéndose a filosofar. No es que cada uno fuera consecuente con sus decires, es que cada uno fue consecuente consigo mismo y entonces dijo lo que tenía que decir, consiguiendo, con eso, ser el metafísico que su tiempo necesitaba, aunque su tiempo no lo demandara así. Necesitamos, so riesgo de no ser libres y de quedar en ridículo, ponernos a filosofar hoy, es decir, hacer nuestra metafísica. ¿Qué metafísica queda por hacerse, no porque no esté hecha dentro del escaparate de preferencias y gustos, sino porque es la que el tiempo necesita aunque no nos la demande?

El día que defendí la tesis, iba yo diciendo que la "reología", término con el que me vi obligado a nombrar algo que en filosofía está aún por hacerse, resultaba ser el más noble fruto de mi investigación. Un fruto que, sin embargo, no está dado más que germinalmente, in nuce, y que por tanto este pobre fruto aún inmaduro dejaba la esperanza, precisamente por su inmadurez, de tratar los problemas relevantes con una profundidad que exige nuestra actual situación intelectual; situación que sin la liquidez de los posmodernos, sin la razón pura y dura de los modernos, sin la evidencia de lo sagrado de los medievales, sin el asombro de los griegos y sin la inocencia del mundo pre-filosófico, no le queda de otra que construir sus propias herramientas, situarse en el momento histórico que le corresponde y reasumir en sí la historia entera de la vida del intelecto, es decir, rearticular desde sí misma la compleja estructura de la metafísica.
          Esta ardua empresa, penosa y parturienta, en definitiva no la harán los perseguidores de papeles, pero tampoco se hará por quienes obran subyugados al deber, se hará, porque sólo puede nacer de ahí, por quienes prestan atenta escucha a su vocación, a pesar de los pesares, presentes y futuros. Es el llamado personal a ser lo que tienes que ser porque, como decía, quien es filósofo no podría no haberlo sido. No es cuestión de elección, ni tampoco de hipostasiar la filosofía como si personalmente fuese ella quien eligiese sus avatares; se trata, nada más pero también nada menos, de responder a nuestro fondo insobornable, de no traicionarnos, es decir, de ser responsables con nosotros mismos. Ni Aristóteles, ni Hegel, ni Zubiri, ni otros tantos, eligieron ponerse a filosofar, más bien, para cuando se encontraron a sí mismos, se encontraron ya filosofando.
          Aquel día que defendí la tesis, pues, terminaba yo diciendo que el doctorado no lo tomaría personalmente como el término de un momento necesario pero insuficiente de la competencia académica al que haya que clausurar como quien marca tarjeta al finalizar la jornada; un momento burocrático, pre-requisito para los postdoctorados –paliativos tan de moda en nuestras sociedades que parchan el profundo problema del desempleo, de la imposibilidad de planificación familiar y el terrorífico desprecio por las empresas humanas que son insustituibles por la técnica. Todo lo contrario, decía, para mí el doctorado significa a penas el limen que inaugura y al mismo tiempo cataliza una carrera de la que se vislumbra en lontananza un abanico de enormes posibilidades.
          Eso es lo que queda, la posibilidad de una filosofía auténtica que no sea la vana repetición del erudito, la monótona tarea del doxógrafo, la falsa novedad del sofista, la deslumbrante pero infértil actitud del espectáculo del intelectualoide, la voraz precocidad del publish or perish; lo que queda es la posibilidad de una filosofía auténtica en el locus interno, pero compartido, de algo que más que ser filosofía de vida es genuina vida filosófica.
          Hagamos, pues, lo que queda por hacer.



Matriti, december MMXIX
Carolus Sierra-Lechuga
Doctor cum Laude Philosophiæ

martes, 5 de noviembre de 2019

Doctor en Filosofía


El pasado 18 de octubre de 2019 defendí mi tesis doctoral El problema de los sistemas desde la reología de Xavier Zubiri: para una metafísica contemporánea de la sustantividad. 
          Soliendo durar una hora y media los exámenes doctorales (dicen), el mío tuvo una duración de tres horas. De las cuales sólo media hora, exacta, fue destinada a hacer mi presentación. El resto se debió a un vaivén de preguntas y respuestas donde defendí mi posición -que es lo que significa θέσις. Mi defensa fue, en palabras de un buen amigo, un "paseo metafísico". Aquí puede leerse lo que dije ese día (haz click).
          Desde entonces soy Doctor en Filosofía.
          En la comisión se encontraban Esteban Vargas (mi supervisor), Ronald Durán, Ricardo Espinoza, Aldo Filomeno y Patricio Lombardo.


De izquierda a derecha: los doctores Ricardo, Aldo, Carlos, Esteban, Patricio y Ronald.
       



domingo, 25 de agosto de 2019

Videoconferencia: El hombre, realidad de realidades


El lunes 26 de agosto estaré (virtualmente) en México 🇲🇽.Voy a hablar de antropología reológica, comentando y actualizando un texto mío que ha sido publicado ya en 2014. 
     Los alumnos del grado en filosofía de la Universidad de Tlaxcala, en su curso de Antropología Filosófica, han leído mi artículo "El hombre, realidad de realidades: para una revaloración dentro de la antropología filosófica" (click aquí) y han estado comentándolo en el aula. Por medio de su profesora, Maricarmen Moreno, he sido invitado a charlar con ellos de modo que puedan preguntar e interactuar directamente con uno de los autores de los textos selectos de su clase. 
     Es para mí un honor hablar con las juventudes de la filosofía que vienen impeliendo aún con fuerza la dinámica de nuestro quehacer. Mi pretensión no es repetir lo dicho hace cinco años, sino rehacer desde la reología algunos de sus momentos clave. En general, trataré de mostrar que la metafísica busca en el hombre aquello que estando biológicamente en él no es, sin embargo, meramente biológico, es decir, mostrar que lo biológico, si bien no es lo metafísico, es empero un modo en que lo metafísico se halla en el hombre. Hallará la metafísica que hay en el hombre algo no trascendente a lo biológico, sino trascendente en lo biológico.
     La conferencia será a las 19:00hrs. de España y a las 12:00hrs de México.


jueves, 11 de julio de 2019

Seminario: "Introducción al estudio de la realidad"

 
Descarga el cartel en PDF dando click aquí.
Más información en: www.zubiri.net O escribe a: fzubiri@zubiri.net

Introducción: La pregunta constante en la dinámica filosófica no ha sido tanto por qué hay algo en vez de nada, sino cómo es que, habiéndolo, lo hay así y no de otro modo. Desde la incipiente Jonia, los filósofos se han caracterizado por estudiar la realidad en su estructura determinante básica. Este estudio ha tenido su historia y, por ello, también su presente. Nosotros nos mantendremos en él, porque creemos que si hoy ha de poder estudiarse filosóficamente la realidad luego de las vicisitudes de la trayectoria de la metafísica, será porque encontremos nuestro modo de introducirnos en ella.
Luego del así llamado «giro copernicano», la filosofía ha tenido que reconfigurarse a fin de eliminar vestigios de ingenuidades metafísicas. El último gran metafísico del siglo XX, Xavier Zubiri, ha logrado una herramienta teórica poderosa que no sólo posibilita volver a estudiar la realidad, sino que, además, lo exige. A esa herramienta llamó «noología», una descripción del acto intelectivo en el que lo inteligido «aparece» como realidad, de tal suerte que la afamada contraposición entre «apariencia» y «realidad» es sencillamente falsa. Por nuestra parte, en nuestro siglo lo relevante habrá de ser no sólo que lo aparecido en ese acto aparezca como real, sino las posibilidades que se abren a partir de ahí, a saber, la más crucial, estudiar eso que de «real» se conserva a pesar del acto intelectivo. A ese estudio llamamos «reología», poder escudriñar la realidad en y por sí misma y tener que hacerlo con las herramientas de que hoy disponemos.
Pero estudiar la realidad hoy no significa solamente superar el «giro copernicano», sino además y ante todo volver a adentrarse en su determinación, constitución y estructuras, de modo que la mirada atenta a la física, las matemáticas, la biología y otras ciencias resulta insobornable. En consecuencia, nuestra metafísica busca, con herramientas competentes para nuestros aciagos tiempos, ser robusta a su medida y, por ello, ser no sólo filosóficamente responsable sino también científicamente. Así, si la noología es la posibilitación del estudio de la realidad, la reología es la obligación que tenemos de estudiarla sin escatimar.
Por lo tanto, una introducción al estudio no ingenuo y bien informado de la realidad sería consciente de su propio tiempo, es decir, rigurosamente contemporánea. De aquí que este curso de «introducción al estudio de la realidad» sea uno de «introducción a la reología».

Objetivos: Considerar y construir junto con los asistentes los derroteros de esta nueva «ontología». Que los participantes sean constituyentes activos en la elaboración de las respuestas que hoy clama la filosofía. Ponderar en comunidad la posibilidad de la metafísica en nuestro tiempo y dialogar con las que de facto hoy ya se llaman tales (continentales y anglosajonas), así como con las ciencias positivas. Por último, pero no menos importante, incentivar el estudio de la «otra parte» de la filosofía de Zubiri reconociéndola y, sobre todo, utilizándola, expandiéndola y actualizándola, de modo que la disciplina filosófica resultante cobre autonomía respecto de todo autor particular.

Metodología: Las sesiones serán a modo de «taller» o, como se dice hoy en la jerigonza académica, workshop. Por tanto, serán exposiciones orales del profesor e intervenciones abiertas de los asistentes. Se espera que buena parte del tiempo en clase sea dedicada a debatir los problemas suscitados y a buscarles respuesta.

Fechas y horas lectivas: 10 horas lectivas. Los miércoles de 18:00 a 20:00 horas. 5 sesiones, comenzando el 20 de noviembre de 2019.

Matrícula: 65 euros. Disponible pago fraccionado (en dos pagos: antes de inicio de curso 35€ y en la tercera sesión 30€).


Programa:

1ª Sesión. ¿Es posible la metafísica?: El problema metafísico de la realidad y el problema real de la metafísica.
2ª Sesión. Sí, es posible hacer metafísica: ¿«Imagen manifiesta» e «imagen científica»? La solución noológica.
3ª Sesión. ¿Qué metafísica puede hacerse?: Luego de la noología, ¿qué sigue? La reología como «superación» de la ontología.
4ª Sesión. ¡Hagamos metafísica!: La estructura de la realidad, crítica contemporánea al substancialismo ontológico.
5ª Sesión. Nuestra metafísica: «reología»: El estructuralismo físico: «estructurismo» reológico.

Bibliografía básica:

Aristóteles, Metafísica, Gredos, Madrid, 2012. (Edición de Valentín García Yebra).
Bohm, David, The undivided universe: an ontological interpretation of quantum theory, Routledge, New York, 2003.
Bradley, Francis Herbert, Appearance and reality: a metaphysical essay, George Allen, London, 1916.
Bryant, Amanda, Scientifically Responsible Metaphysics: A Program for the Naturalization of Metaphysics, CUNY Academic Works, New York, 2017.
Bunge, Mario, Chasing reality: strife over realism, University of Toronto Press, Toronto, 2006.
Chakravartty, Anjan, “The Structuralist Conception of Objects”, Philosophy of Science, 70 (December 2003), pp. 867–878.
D'Espagnat, Bernard, In search of reality, Springer-Verlag, New York, 1983.
Ellacuría, Ignacio, “La idea de estructura en la filosofía de Zubiri”, en Realitas I, Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1974.
French, Steven, The Structure of the World. Metaphysics and Representation, Oxford University Press, Oxford, 2014.
González de Posada, Francisco, La física del siglo XX en la metafísica de Zubiri, Instituto de España, Madrid, 2001.
Heil, John, From an ontological point of view, Oxford University Press, Oxford, 2003.
Kaipayil, Joseph, Relationalism: a theory of being, JIP Publications, Bangalore, 2009.
Ladyman, James (et. al.), Every thing must go: metaphysics naturalized, Oxford University Press, Oxford, 2007.
Oliver, Harold H., A relational metaphysics, Martinus Nijhoff publishers, The Hague, 1981.
Penrose, Roger, El camino a la realidad, Debate, Barcelona, 2006.
Psillos, Stathis, “The Structure, the Whole Structure, and Nothing but the Structure?”, Philosophy of Science, 73, December 2006, pp. 560–570.
Rescher, Nicholas, Reality and Its Appearance, Continuum, London, 2010.
Saunders, Simon “Are quantum particles objects?”, Analysis, 66 (2006), pp.52-63.
Sellars, Wilfrid, “Philosophy and the Scientific Image of Man”, Science, Perception, and Reality, Routledge y Kegan Paul, London, 1963 pp. 1-40.
Sierra-Lechuga, Carlos, El problema de los sistemas desde la reología de Xavier Zubiri: para una metafísica contemporánea de la sustantividad, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Viña del Mar, 2019.
Zubiri, Xavier, “Respectividad de lo real”, en Realitas III-IV (1976-1979), Sociedad de estudios y publicaciones, Madrid, 1979, pp. 13-43.
Zubiri, Xavier, Ciencia y realidad, Inédito, Archivo Zubiri, Cajas 49, 50, Fundación Xavier Zubiri, Madrid, 1945-46.
Zubiri, Xavier, Espacio, tiempo, materia, Alianza Editorial, Madrid, 2008.
Zubiri, Xavier, Estructura dinámica de la realidad, Alianza Editorial, Madrid, 1989.
Zubiri, Xavier, Inteligencia sentiente, Alianza editorial, Madrid, 1980, 1982 y 1983.
Zubiri, Xavier, Sobre la esencia. Nueva edición, Alianza editorial, Madrid, 2008.

viernes, 7 de junio de 2019

Conferencia: Reología: ¿en qué está la novedad?


Daré una conferencia en el V Congreso Internacional Xavier Zubiri, en Bari, Italia, intitulada "Reología: ¿en qué está la novedad?". Da click aquí para ver el programa. Este es un extracto de lo que diré:


En 2014, en el IV Congreso Internacional Zubiri, Diego Gracia nos presentaba su conferencia Noología: ¿en qué está la novedad?, que luego publicaría en su más reciente libro El poder de lo real. Leyendo a Zubiri. Su tesis fue sostener la «impureza» de la razón –incluso de «la conciencia» o, en todo caso, de la inteligencia– toda vez que la razón, al estar incardinada en una aprehensión primordial de realidad, es también siempre y sólo una razón sentiente. En ese sentido, la noología zubiriana aparece como novedosa respecto de cualquier otra teoría de la inteligencia (o del conocimiento) en la medida en que da cuenta de que lo aprehendido en los actos intelectivos no es el término intencional de una conciencia hipostasiada –su noema–, tampoco es la síntesis que el Yo va poniendo a priori, ni tampoco es el abstracto resultado de unos intelectos agente y paciente asépticos de αἴσθησις, sino que lo que queda en los actos intelectivos es mera «actualidad», es decir, queda lo aprehendido siempre como real,  es siempre un contenido con formalidad de realidad en virtud de lo cual no se trataría ya de ir a las cosas mismas sino de profundizar en ellas, vía su realidad que nos es formalmente dada.
          Pues bien, dada la novedad de la noología, cabe preguntar si acaso, puesto que la noología da realidad y no sólo «noematividad» u objetividad, ¿no sería menester estudiar con relativa autonomía de los actos intelectivos esa realidad inteligida en tanto que realidad en y por sí misma sustantiva? ¿No acaso estamos ya capacitados para poder hablar de la realidad sin ser ingenuos, pero también sin atenazarnos a los actos intelectivos? El intento filosófico de Zubiri no fue para quedarse en la descripción del acto intelectivo (de serlo, habría avanzado muy poco, o nada, respecto de la fenomenología), sino para poder hablar de la realidad sin ingenuidad. Ciertamente en la filosofía ha habido un Kant que criticase el "realismo ingenuo", pero también han habido sus respuestas: la razón conciliadora de Hegel, la praxis de Marx, la fidelidad a la tierra de Nietzsche, la intencionalidad de Husserl, el ser en el mundo de Heidegger, la actualidad del mismo Zubiri e incluso los actos de Antonio González. Es decir que podemos hacer un realismo que no sea ingenuo, pero que no por ello sea menos realismo.
          Y así como la inteligencia no es nunca inteligencia "pura", sino que es una inteligencia "aquí y ahora", es decir, inteligencia sentiente, así tampoco la realidad es una realidad "pura" (no son las causas ejemplares, ni los trascendentales del ente, ni la cosa en sí, ni las esencias eidéticas, etc.), la realidad también es siempre "aquí y ahora", es realidad de "esta cosa" y es, por ello, realidad estante.
          Como esta realidad estante no es pura y nuestro realismo no es ingenuo, nuestra "ontología" de hoy no podrá ser del ὂν ni del ens, sino de las res, es decir, será reología. En consecuencia, deberá ser una filosofía científicamente responsable. Así, a diferencia de la noología, la reología no quiere quedarse en la descripción (mantenerse en el logos), sino que quiere aposta ir a dar cuenta explicativa de la cosa misma (usar la razón), aunque este intento sea algo que haya que "ir verificando". De aquí que la reología vaya de la mano con las ciencias, pues si vamos a hablar de la realidad en su constitución, de sus estructuras, de sus sistemas, tenemos que estar atentos a lo que la física, las matemáticas, la biología y otras dicen.
          En fin, la reología es una filosofía científicamente responsable, pero también filosóficamente robusta (no ingenua), por eso, no sólo es "metafísica contemporánea", es decir, la metafísica de siempre pero hecha hoy, sino que es metafísica actual, y en ello radica su novedad.

martes, 14 de mayo de 2019

Clase: Zubiri en Latinoamérica


Junto con Antonio González, daré en Madrid la clase sobre "Zubiri en Latinoamérica" dentro del Curso de Introducción a la Filosofía de Zubiri. Naturalmente, yo hablaré sobre la investigación de su filosofía en México y Chile. Ya tengo algunos nombres de investigadores (muchos amigos y profesores míos) a los que quiero presentar a las nuevas generaciones, pero si estás trabajando con el pensamiento del español o conoces a alguien que lo haga y, además, te gustaría que se supiera que están en ello, entonces te agradecería que me dijeras sus nombres así como el tema y/o problema de su investigación y (de ser el caso) la filiación académica. Me gustará poder hablar de nosotros y compartir nuestros trabajos. Se verá, pues, que en nuestros países también se hace alta filosofía. (La clase irá dedicada a Eugenia Colomer).

jueves, 14 de febrero de 2019

Artículo: ¿Qué es filosofía? Una respuesta desde Xavier Zubiri?

La Revista de filosofía Open Insight ha publicado el artículo “¿Qué es filosofía? Una respuesta desde Xavier Zubiri” en su volumen X, número 18, correspondiente a los meses de enero y abril.
     El resumen del artículo es el siguiente: 

"La filosofía es la ciencia que se busca, pero también la que ha de encontrarse. Parece, en nuestros nublados tiempos, que todo aquello que no encaja ni en las ciencias ni en las artes ha de ser nombrado «filosofía», sin más. Estamos en un fárrago de «filosofías segundas» en el que cabe preguntar si en verdad secundan algo. Hemos de volver, pues, a tratar a la filosofía como primera. Pero hay que hacerlo de un modo radical y novedoso. Por eso presentaré qué es filosofía para Xavier Zubiri y sostendré que la filosofía es un conocimiento metafísico de lo físico."
Sus palabras clave son: física; metafísica; realidad; talidad; trascendentalidad.
     El artículo comienza así:
"Para responder la primera parte del título de este trabajo –la pregunta ¿qué es filosofía?– servidos por la segunda parte del mismo –una respuesta desde Xavier Zubiri–, es menester abordar sistemáticamente la cuestión respondiendo preguntas citeriores: ¿cuál es el problema?, ¿por qué desde Zubiri?, ¿desde dónde ha de partir la filosofía?, ¿de qué ha de distinguirse la filosofía?, ¿es lo trascendental el orto de la filosofía?, ¿es la filosofía lo mismo que la metafísica?, ¿qué es lo físicamente trascendental?, ¿cómo queda trazado el itinerarium philosophiae? Y entonces concluiremos dando la respuesta a la pregunta qué es filosofía. Comencemos."
Si quieres seguir leyendo, el artículo se encuentra disponible, de acceso público, dando click aquí, que te llevará a la web de la revista.

sábado, 19 de enero de 2019

Conferencia: La ciencia, un problema de interés filosófico


La ciencia, un problema de interés filosófico (programa)
[obtenlo en PDF, haz click]
Carlos Sierra-Lechuga
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso / Fundación Xavier Zubiri
Introducción
·         Conferencia filosófica
·         Postulados:
1)      Filosofía es un saber, es conocimiento.
2)      El «objeto» de conocimiento filosófico es lo trascendental.
3)      Lo trascendental es aquello que todas las cosas comparten.
:. La filosofía es una saber sobre aquello que la totalidad de las cosas comparten.

¿Puede hablarse de ciencia en filosofía sin jugar a ser científico, sin entrar en jurisdicciones que no son la propia, sin dejar de ser filósofo? ¿Cómo asir filosóficamente el asunto de la ciencia?
·         1ª Pista:  Los problemas científicos son interesantes para la filosofía porque con ellos se juegan los esquemas que tenemos de la realidad.
-          Posiciones extra-científicas: no necesariamente son «filosofías», suelen ser ideologías:
- Filosofismo y cientificismo
·         2ª Pista: “el gran problema por el que tiene interés –y muy grande– hablar de «filosofía de la ciencia» es el problema de la realidad” (Alfonso Pérez de Laborda)
-          La filosofía, incluso hecha por científicos, cuando sea verdaderamente tal, vendrá a pensar el problema de cómo se imbrican ciencia y realidad.
·         3ª Pista: el problema está en la conjunción «y»: el orto de la ciencia, su origen fontanal.
:. Tres pistas para afrontar filosóficamente la ciencia:
-       1) la ciencia es interesante porque en ella se juegan nuestros esquemas de la realidad.
-       2) el gran problema por el que cobra interés filosofar la ciencia es el problema de la realidad.
-       3) la cuestión por dónde mana la ciencia, cuál es su orto, es fundamental.
Ciencia y filosofía
Tratar la filosofía como la metafísica, luego lo metafísico y, después, lo físico (es decir, lo científico).
·         La metafísica. Filosofía es metafísica: “la Lógica es la metafísica del conocimiento, como la Ética es la metafísica de la vida, como la Filosofía de la naturaleza es la metafísica de la naturaleza” (Xavier Zubiri)
-          Porque la Filosofía se ocupa de los asuntos metafísicos, es que la Filosofía es el saber llamado Metafísica.
·         Lo metafísico. “«Meta» significa trascender, estar allende […] y allende es ir a otras cosas que no son obvias” (Zubiri, ibid.).
-          «Meta» no es «más allá» de las cosas, sino una dimensión transversal en ellas.
-          La metafísica no nos saca de las cosas, sino que nos mete y retiene a la fuerza en ellas para hacernos ver de las cosas algo no tan obvio: su dimensión «meta-».
-          = Trascendental. Dimensión trascendental de lo físico.
·         Lo físico. Lo que las cosas son tales como son; sus «contenidos talitativos» o talidad.
-          La trascendentalidad es una dimensión de la talidad y viceversa. Momentos distintos pero unitarios de la cosa misma.
¿Cómo entonces filosofar sobre tales cosas de que se ocupa la ciencia?
·         La filosofía se encarga de la trasceden-talidad, pero a una con ello, las ciencias se encargan de la talidad.
-          Si trascendentalidad es lo que todas las cosas comparten, entonces: todo lo que las cosas reales comparten, lo que todo lo real comparte entre sí, es lo que se llama realidad.
-          Lo real es lo talitativo, la realidad es el trascendental.
·         Metafísica y física (ciencia).  La ciencia tiene por objeto la realidad, pero la realidad en cuanto a sus contenidos. Trabaja con talidades reales. Por su parte, la metafísica toma la realidad trascendentalmente considerada. Filosofía y ciencia tienen por objeto la misma realidad, pero lo tienen de distinto modo.

-          Cuidado: No es que ciencia y filosofía se ocupen de la cosa cada cual por su lado, cada cual mirando su dimensión respectiva y ajenamente. No.
-          El filosofar metafísico sólo puede recaer sobre lo físico.
-          Refluencia: talificación de la realidad y reificación de la talidad.
-          “De aquí la diferencia y unidad profunda entre ambas consideraciones. Porque como el momento de realidad es el que hace que el contenido sea talidad, todo saber metafísico es un primordium de saber positivo. Y la cosa real tiene por su talidad un modo propio de realidad, todo saber positivo es una metafísica larvada”. (Xavier Zubiri)
-          Nuevas comprensiones en la talidad de lo real pueden significar un cambio profundo en nuestros esquemas de la realidad. Ejemplo: dinamismo.
·         El porqué de que la ciencia sea un problema filosófico:
-          “El saber científico [es] el punto de partida –como uno de los más valiosos puntos de partida– para el conocimiento filosófico de la realidad. Puesto que cada ciencia, a su particular modo, da razón de las notas talitativas propias de la realidad que estudia –la materia, el espacio y el tiempo en el caso de la física; la embriogénesis, la evolución biológica y la estructura del cerebro, en el de la biología; las palabras y el lenguaje, en el de la lingüística–, el filósofo debe tener muy en cuenta, en tanto que filósofo, la varia y subyugante lección que las distintas ciencias ofrecen.” (Laín Entralgo)
-          “Mientras las ciencias investigan cómo son y cómo acontecen las cosas reales, la filosofía investiga qué es ser real. Ciencia y filosofía, aunque distintas, no son independientes. Es menester no olvidarlo. Toda filosofía necesita de las ciencias; toda ciencia necesita de una filosofía. Son dos momentos unitarios de la investigación”. (Xavier Zubiri)
·         Filosofía no es idéntica a «filosofía de la ciencia». Pero debe la filosofía escudriñar el pensamiento científico para ver qué hay en él que pueda servirnos para advertir la estructura de la realidad.
·         Resumen: La filosofía y la ciencia tienen por objeto las mismas cosas reales; la segunda es un esfuerzo por intelegir la dimensión talitativa de las cosas reales en tanto que cosas, la primera es un esfuerzo por inteligir la dimensión trascendental de esas mismas cosas reales pero en tanto que reales.
Conclusiones
·         La filosofía no resuelve ni puede resolver problemas de la ciencia, no es su jurisdicción. La filosofía no es una toma de posición extra-científica ideológica. Pensar la ciencia tiene interés filosófico porque, en rigor, tras ello se encuentra el problema de la realidad.
·         Filosofía es metafísica y metafísica es física. La filosofía no se ocupa de nada que no esté en lo físico, no es intelección de lo trascendente sino intelección de lo físicamente trascendental. La filosofía se interesa en pensar el problema de la ciencia para conocer con seriedad y sin ingenuidades lo trascendental.
·         La ciencia es un problema de interés filosófico.
Ciencia y realidad
·         (Dado que ya sabemos qué es trascendentalidad, podríamos pasar a la cuestión por la imbricación entre ciencia y realidad, pero eso lo dejaremos para otra ocasión)
¡Gracias!