Desde el marco
epistemológico de la Fenomenología, decimos querer ir de vuelta a las cosas
mismas (zurück zu den Sachen selbst). Pero ¿de qué cosas se trata? Las
cosas (Sachen) a las que vuelve la Fenomenología no son las cosas sin
más, como allende su aprehensión en la conciencia (Bewusstsein), sino
que más bien la vuelta es buscada por el lado de los objetos: Ob-ject,
Gegen-stand. Las cosas son «objetos» en cuanto no están presentes
a la conciencia. Los objetos son «cosas» en cuanto presentes a la conciencia.
De esta suerte, las cosas resultan ser mediatas, porque es preciso hacer
esfuerzos de razón para poder hablar propiamente de las cosas y, a la postre,
no decir más que objetos que intentan por algún medio llegar a ser cosas;
las cosas son objetos que se pretenden, al menos en teoría, cosas. Los objetos,
por su parte, son inmediatos, se dan a la conciencia. Pero la conciencia no ve
de los objetos más que aspectos. Los aspectos del objeto se dan
actualmente a la conciencia. Los aspectos son, pues, fenómenos. La
conciencia intuye fenómenos, su primer momento de acción es la Intuición.
Pero los fenómenos (Phänomenona) no son meros Erscheinungen de
las cosas, sino más bien son las cosas mismas en cuanto aparecidas a la
conciencia; el fenómeno no oculta a la cosa sino que, precisamente, la muestra.
Mientras que el objeto es aquel conjunto infinito de todo lo que puede ser término
de conciencia, es decir, todo aquello a donde la conciencia puede dirigirse (intentio),
el fenómeno es ese preciso aspecto que ya actualmente está presente en la
conciencia.
Continuar leyendo: Revista Metrópoli (ire ad p.103)
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